Lesiones neurológicas, sufrimiento fetal, hipoxia neonatal,
parálisis cerebral
infantil.
En estos casos el amamantamiento puede ser posible con
adaptación de la
técnica de alimentación, a pesar de que estos bebés tengan
alteraciones
funcionales y estructurales de la mecánica y del ritmo de
succión-deglución e
inclusive si éstos reflejos están ausentes o disminuidos. Estos
niños a su vez
pueden presentar otras alteraciones conjuntas como hipotonía de
lengua e
hipotonía de cabeza y cuello, que alteran la extracción de leche
y la posición
del bebé durante la lactancia, respectivamente.
Podemos entonces indicarle a la mamá que sujete con la misma
mano el pecho
y la barbilla del bebé, sosteniendo la mandíbula para apoyar el
movimiento de
succión. Se debe asesorar a la madre hasta lograr el agarre
funcional y la
posición, que en lo particular, sea más cómoda para el bebé y la
mamá.
Cuando no existe o está muy disminuido el reflejo de
succión-deglución, se
puede administrar leche materna por sonda.
Síndrome de Down. Es
importante reconocer que la alimentación puede ser
muy variada, algunos bebés no tendrán dificultad para iniciar
lactancia, otros
succionaran lentamente los primeros días, y otros tardarán más
días. Estos
últimos tendrán tomas más largas y habrá necesidad de
despertarles, pues son
niños menos demandantes. Para compensar el tono muscular puede
ser útil el
uso de rebozo para cargarlos.
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